viernes, 4 de junio de 2010
viernes, 28 de mayo de 2010
viernes, 9 de abril de 2010
ENFERMEDAD HEPATICA
Hepatitis Daño difuso del parenquima hepático que produce insuficiencia funcional moderada y con duración limitada. Puede ser causada por un virus, una toxina, una obstrucción, un parásito o una droga. Las hepatitis virales se dividen en:
Hepatitis A Común en bebes, niños y jóvenes. Transmisible por vía fecal y oral, Su cuadro clínico consta de
1ª. Etapa - Preictérica (Anorexia - diarrea - vómitos - astenia - mialgias)
2ª. Etapa - Icterica
Su duración es de 4 a 6 semanas
Hepatitis B Transmisible por transfusiones de sangre, contacto con sangre contaminada, contacto sexual, tatuajes, etc. Su tratamiento implica:
Reducción de la actividad física
Dieta alimentaria
Cirrosis Enfermedad muy seria, que se caracteriza por un proceso difuso de progresión lenta que compromete a todos los hepatocitos. Presenta necrosis hepatocelular que se acompaña de regeneración parenquimatosa nodular, fibrosis difusa, presencia de tejido conectivo entre los espacios portales. Se produce así escasa vinculación entre los hepatocitos y la sangre cargada de nutrientes, es decir falla la circulación que debe llegar a los hepatocitos.
Las causas son numerosas:
habito alcohólico
virus B
virus NANB y autoinmunidad.
Las alteraciones que genera son:
Anorexia
Fallas en la digestión y absorción
Se altera el metabolismo de proteínas, glúcidos y grasas
Se altera el metabolismo de vitaminas y minerales
Diarrea
Oliguria con retención hidroelectrolitica
Hemorragias
Anemia, leucopenia
Desorden endocrino
La cirrosis tiene 2 etapas:
Compensada (no hay ascitis)
Insuficiencia hepática
Se produce hipertensión portal con pasaje de albúmina hacia el peritoneo, por lo que aumenta la presión osmótica en el mismo y esto atrae agua de la sangre ocasionando hipovolemia. Esta repercute en el riñón y hay retención de sodio. El individuo se desnutre tiene además y ascitis y sus órganos se comprimen.
La palabra "hepatitis" significa, simplemente, inflamación del hígado, sin apuntar a ninguna causa específica. Una persona con hepatitis puede:
Padecer uno o varios trastornos, incluyendo una infección vírica o bacteriana del hígado.
Presentar lesiones hepáticas provocadas por una toxina (una especie de veneno).
Presentar lesiones hepáticas provocadas por la interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado.
Padecer un trastorno autoinmunitario que afecta al hígado.
Haber sufrido un traumatismo abdominal en la zona del hígado.
La hepatitis haya sido provocada por uno de los siguientes tres virus:
el virus de la hepatitis A
el virus de la hepatitis B
el virus de la hepatitis C
En casos muy poco frecuentes, el virus Epstein Barr (que provoca la mononucleosis) también puede desencadenar una hepatitis porque puede provocar inflamación hepática. Hay otros virus y bacterias que también pueden provocar hepatitis, incluyendo los virus de las hepatitis D y E, el virus de la varicela y el citomegalovirus (CMV).
La hepatitis A
En los niños, la forma de hepatitis más frecuente es la hepatitis A (también denominada hepatitis infecciosa). Este tipo de hepatitis está causado por el virus de la hepatitis A (VHA), que se encuentra en las heces de las personas infectadas. Las heces infectadas pueden estar presentes en pequeñas cantidades en alimentos y objetos (desde el picaporte de una puerta hasta los pañales de un bebé).
El virus de la hepatitis A se contagia:
Cuando alguien ingiere algo contaminado con heces infectadas por el VHA (esto facilita su transmisión en condiciones de hacinamiento e insalubridad).
A través del agua, la leche y los alimentos contaminados, sobre todo el marisco.
Puesto que la hepatitis A puede ser una infección leve, particularmente en la infancia, es posible que algunas personas no se den cuenta de que han contraído la enfermedad y ésta pase desapercibida y quede sin diagnosticar. De hecho, aunque las pruebas médicas indican que alrededor de un 40% de los norteamericanos que viven en medios urbanos han padecido la hepatitis A, sólo alrededor de un 5% recuerdan haber estado enfermos. A pesar de que el virus de la hepatitis puede provocar una enfermedad de larga duración (de hasta seis meses), generalmente sólo provoca enfermedades de corta duración y no es causa de enfermedad hepática crónica.
Hepatitis A Común en bebes, niños y jóvenes. Transmisible por vía fecal y oral, Su cuadro clínico consta de
1ª. Etapa - Preictérica (Anorexia - diarrea - vómitos - astenia - mialgias)
2ª. Etapa - Icterica
Su duración es de 4 a 6 semanas
Hepatitis B Transmisible por transfusiones de sangre, contacto con sangre contaminada, contacto sexual, tatuajes, etc. Su tratamiento implica:
Reducción de la actividad física
Dieta alimentaria
Cirrosis Enfermedad muy seria, que se caracteriza por un proceso difuso de progresión lenta que compromete a todos los hepatocitos. Presenta necrosis hepatocelular que se acompaña de regeneración parenquimatosa nodular, fibrosis difusa, presencia de tejido conectivo entre los espacios portales. Se produce así escasa vinculación entre los hepatocitos y la sangre cargada de nutrientes, es decir falla la circulación que debe llegar a los hepatocitos.
Las causas son numerosas:
habito alcohólico
virus B
virus NANB y autoinmunidad.
Las alteraciones que genera son:
Anorexia
Fallas en la digestión y absorción
Se altera el metabolismo de proteínas, glúcidos y grasas
Se altera el metabolismo de vitaminas y minerales
Diarrea
Oliguria con retención hidroelectrolitica
Hemorragias
Anemia, leucopenia
Desorden endocrino
La cirrosis tiene 2 etapas:
Compensada (no hay ascitis)
Insuficiencia hepática
Se produce hipertensión portal con pasaje de albúmina hacia el peritoneo, por lo que aumenta la presión osmótica en el mismo y esto atrae agua de la sangre ocasionando hipovolemia. Esta repercute en el riñón y hay retención de sodio. El individuo se desnutre tiene además y ascitis y sus órganos se comprimen.
La palabra "hepatitis" significa, simplemente, inflamación del hígado, sin apuntar a ninguna causa específica. Una persona con hepatitis puede:
Padecer uno o varios trastornos, incluyendo una infección vírica o bacteriana del hígado.
Presentar lesiones hepáticas provocadas por una toxina (una especie de veneno).
Presentar lesiones hepáticas provocadas por la interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado.
Padecer un trastorno autoinmunitario que afecta al hígado.
Haber sufrido un traumatismo abdominal en la zona del hígado.
La hepatitis haya sido provocada por uno de los siguientes tres virus:
el virus de la hepatitis A
el virus de la hepatitis B
el virus de la hepatitis C
En casos muy poco frecuentes, el virus Epstein Barr (que provoca la mononucleosis) también puede desencadenar una hepatitis porque puede provocar inflamación hepática. Hay otros virus y bacterias que también pueden provocar hepatitis, incluyendo los virus de las hepatitis D y E, el virus de la varicela y el citomegalovirus (CMV).
La hepatitis A
En los niños, la forma de hepatitis más frecuente es la hepatitis A (también denominada hepatitis infecciosa). Este tipo de hepatitis está causado por el virus de la hepatitis A (VHA), que se encuentra en las heces de las personas infectadas. Las heces infectadas pueden estar presentes en pequeñas cantidades en alimentos y objetos (desde el picaporte de una puerta hasta los pañales de un bebé).
El virus de la hepatitis A se contagia:
Cuando alguien ingiere algo contaminado con heces infectadas por el VHA (esto facilita su transmisión en condiciones de hacinamiento e insalubridad).
A través del agua, la leche y los alimentos contaminados, sobre todo el marisco.
Puesto que la hepatitis A puede ser una infección leve, particularmente en la infancia, es posible que algunas personas no se den cuenta de que han contraído la enfermedad y ésta pase desapercibida y quede sin diagnosticar. De hecho, aunque las pruebas médicas indican que alrededor de un 40% de los norteamericanos que viven en medios urbanos han padecido la hepatitis A, sólo alrededor de un 5% recuerdan haber estado enfermos. A pesar de que el virus de la hepatitis puede provocar una enfermedad de larga duración (de hasta seis meses), generalmente sólo provoca enfermedades de corta duración y no es causa de enfermedad hepática crónica.
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